Ser y hacer creatividad
Una invitación a vivir esta cualidad e impactar al mundo
Por Arturo Aguirre Anaya, Director creativo de SITUS
En SITUS consideramos que la creatividad es una facultad intrínseca al ser humano. Somos instintivamente creativos; se nos ha dado la capacidad de transformar lo existente, innovar, y en ocasiones también crear e inventar.
Desde temprana edad vivimos empíricamente su manifestación mediante descubrimientos que nos van fascinando y formando, como cuando el papel cedía su blancura al color, con trazos tan incipientes como emocionantes. Los juegos infantiles son laboratorios sin muros en los que somos nosotros mismos los sujetos de la transformación: nos despojamos de nuestro estado natural y adquirimos superpoderes. Podemos volar con nuestra imaginación y hasta empuñamos una mano para simular que nos elevamos como Superman y logramos imitar hasta el sonido del viento que surcamos. Así también nos convertimos en el Pelé (Edson Arantes Do Nascimento) de la cuadra, ganando un mundial en nuestra imaginación; o en Nadia Comaneci, que logró el 10 perfecto en unos Juegos Olímpicos, y con una acrobática maroma nos hacemos merecedores de una medalla de oro. Creatividad pura con la que mejoramos la realidad.
Más adelante en nuestra vida se convierte en eje rector de nuestra vocación; entonces encausamos ese torrente de transformación para innovar y aportarle al entorno nuestra visión y acción. Es ahí cuando el reto se presenta, al querer convertirla en herramienta y aliada.
El proceso creativo
La creatividad no es miel sobre hojuelas, implica esfuerzo, dedicación, prueba y error, incluso, metodologías existentes o recién nacidas, hijas de particulares procesos creativos, por ejemplo, los cientos de bocetos que realizó Pablo Picasso para producir una de sus obras más conocidas y disruptivas, ya que marca para algunos expertos en el tema, el inicio del cubismo: Las señoritas de Avignon. Esta pintura engendró desde su nombre una polémica –por poder referirse a la calle Carrer d’Aviñó, en Barcelona, o a la ciudad francesa de Avignon–, y sus bocetos han alcanzado un nivel de apreciación inaudito pues, en opinión de algunos, inician el arte moderno, mientras para otros, lo rompen junto con el realismo.
En algunos casos la creatividad construye y deconstruye, es interesante conocer algunos de los toros del célebre pintor malagueño, en los que podemos constatar cómo llega a grandes resultados, también, suprimiendo y eliminando elementos en su proceso creativo. Dicho camino empata perfectamente con su expresión «me llevó cuatro años pintar como Rafael, y toda una vida pintar como un niño». En ocasiones, debemos visitar nuestra infancia para ser adultos más creativos y poder innovar.
El acto creativo
Así como encontramos en el arte valiosas dotes creativas, estas son expansivas a todas las profesiones, oficios y actividades como el deporte. El caso de Dick Fosbury es una clara muestra; en los Juegos Olímpicos de 1968, realizados en México, este atleta estadounidense dio varias muestras de innovación y disrupción con un salto confeccionado por él mismo, que marcó un antes y un después. Puedes conocer y disfrutar muchos momentos emotivos de su experiencia en el siguiente video. Observa sus manos empuñadas, su tensión y concentración, su valor al innovar en un evento de tal envergadura, televisado en vivo a casi todo el mundo, y atreverse a cambiar la historia del salto de altura para siempre.
Tomemos su salto como un referente de tres cualidades que debe observar un acto para considerarse creativo y escapar al mote de ocurrencia: es original, mejora lo previamente existente y es replicable. ¡Dick Fosbury lo logró! El salto es de su autoría y cálculo (primera cualidad), ya que aplicó sus conocimientos de ingeniería para comprender lo que requería para superar la técnica existente, mejorándola (segunda cualidad) y haciendo que todos los deportistas adoptaran su salto, conocido ahora como el fosbury o Fosbury flop (tercera cualidad).
La creatividad personalísima
Una buena noticia es que la creatividad no nos limita, pues no hay una sola ruta para invocarla y usarla. Hasta en ese proceso de encuentro con ella nos permite, de forma generosa, vivirla.
En ese camino la curiosidad, la sensibilidad y la valentía son los ingredientes necesarios. Comienza a recorrerlo y verás que es un gozo trabajar con ella: sé testigo de cómo borra fronteras físicas, culturales y temporales; observa su transformación según los usos y costumbres; maravíllate con las múltiples manifestaciones que otros hacen de ella; siéntete capaz de innovar, descubrir o trazar nuevos caminos y obtén el poder de cambiar para bien el curso de la realidad.
La creatividad no es una musa ni es una característica exclusiva de personas que se dedican al arte. Es la cualidad indiscutible de la humanidad. Disfrútala, compártela, porque con ella, eres.